Hace unas pocas semanas atrás, mientras escudriñaba varias web chinas en busca de partes y piezas electrónicas, en algunas de ellas observe varias ofertas de diferentes modelos de impresoras 3D por menos de 200$. Por lo general, siempre ignoraba estas ofertas, ya que, si bien, deseaba tener en mis manos un aparato de estos, el costo aun me parecía excesivo para algo que iba a usar solo de vez en cuando, además, que muchas den estas impresoras 3D son muy aparatosas, y mi vivienda no es precisamente grande.
Pero entre todas una me llamo la atención por precio y tamaño. Una impresora 3D pequeña, más o menos portable, y por menos de 140$ (139,90$ para ser exactos). Luego de unos días de pensarlo (y mirar bien mi presupuesto) tome la decisión de adquirir una. Esta decisión la hice a sabiendas de que iba a adquirir un producto chino, quizá de calidad dudosa, y que debía ensamblar yo mismo con todos los buenos y malos detalles asociados a ello.